Es evidente que si un profesional técnico (un diseñador de interiores, arquitecto, ingeniero, etc) está realizando un proyecto en BIM va a tener muchísima más predisposición a utilizar un producto que ya esté modelado en esta metodología que si lo no lo está.
¿Porqué? Pues muy sencillo, por rapidez.
Imagina que estas modelando las instalaciones de iluminación de un edificio, digamos que tiene 20 tipos diferentes de luminarias y tienes dos opciones:
- Opción A: utilizar las luminarias del fabricante X que tiene todo su catálogo modelado en Revit, con lo cual simplemente tienes que descargarlo e ir “arrastrando” estas luminarias a las partes concretas de tu proyecto.
- Opción B: utilizar las luminarias de un fabricante Y que no tiene su catálogo en Revit. Con lo cual tendrías que buscar las imágenes de cada luminaria, las dimensiones, las curvas fotométricas, etc e ir modelando cada una de estas 20 luminarias.
La opción A te llevaría digamos unos 15 minutos, la opción B te implicaría 20 horas de trabajo…eso suponiendo que el fabricante disponga de todos los datos en su web, que las familias no sean demasiado complejas y…dato importante, ¡que el profesional sepa crear familias!
Entonces, ¿cual de los dos fabricantes prescribirías en tu proyecto?
Como fabricante de un producto de edificación o industrial piensa que estarás aportando a los prescriptores información real y detallada de tus tus productos, a la vez que consigues agilizar notablemente el proceso de prescripción y de venta.